sábado, 14 de febrero de 2015

Fiesta del árbol en Valdealvillo


Foto de Migacg en Flickr

Reportaje sensacional. La Mercadera

El devenir histórico de La Mercadera es todo un reportaje sensacional, un caso extremo de los muchos que hemos tenido en esta provincia de como se menosprecian los intereses generales y de como la Ley no sirve muchas veces para hacer justicia. 
En 1842 La Mercadera contaba con 8 vecinos que venían a ser unos 35 habitantes. Un decreto de 1951 determinó su disolución, por intereses particulares según se dice, y dejó a sus moradores totalmente desprotegidos, con lo que todos optaron por marcharse a vivir a otros lugares.

El reportaje sensacional del que tratamos hoy se refiere a la denuncia en 1934, por el único habitante del pueblo en aquel entonces, de la desaparición de obras de arte de la iglesia


La "ejemplar" escuela de La Revilla



La Revilla adoptó el apellido de la Tierra.



lunes, 24 de noviembre de 2014

Declaración de monumentos


La fecha del 24 de noviembre de 1980 fue especialmente destacada para la conservación del patrimonio soriano, pues la Dirección general de bellas artes, archivos y bibliotecas acordó incoar por trámite de urgencia expediente para la declaración de monumento histórico artístico (categoría asimilable a la actual de Bien Interés Cultural) de 
  • la villa romana de Huerta del Río en Tarancueña
  • de la necrópolis y villa romana de Ucero, 
  • del yacimiento de Los Tolmos en Caracena, 
  • del Castro de Zarranzano en Almarza, 
  • y de la villa romana de Los Quintanares en Rioseco.
Fuente: Diario de la historia soriana. Amigos del Museo Numantino.
Foto: Mosaico de la madre naturaleza, uno de los 32 que conforman la villa romana de Los Quintanares, en Rioseco de Soria

sábado, 22 de noviembre de 2014

Parapescuezos (3)

22/11/1969:
 El 22 de noviembre y alegando motivos de salud, dimitió el obispo de Osma Saturnino Rubio Montiel, que lo era desde 1945. Pocos días después se conoció el nombre de su sucesor, el vallisoletano Teodoro Cardenal Fernández que entró en El Burgo de Osma como obispo el 25 de enero del año siguiente, suceso al que asistió el abajo firmante
.
Pero hoy a quien queremos dedicar nuestro espacio es al obispo Rubio Montiel cuya faceta pastoral ha sido muy alabada según quienes le conocieron, pero que en el aspecto de la conservación del patrimonio histórico artístico que nos atañe pasó como un elefante por una cacharrería. Y es que el buen obispo fue el responsable de la venta de templos como la ermita de San Miguel de Parapescuez en La Aldehuela de Calatañazor considerada como una obra excepcional del románico soriano del primer cuarto del siglo XII y que, arruinada, salió a subasta. También fue el responsable de permitir el hundimiento de la vieja iglesia de San Clemente para promover unas oscuras intervenciones urbanísticas, derribó la vieja iglesia de El Salvador, permitió la venta, quema o destrucción de muchas imágenes, retablos y enseres religiosos por el mero hecho de ser viejos.
En su favor hay que reconocer que, en general, aquella sociedad soriana consideraba todo lo antiguo como algo viejo y sin valor por lo que si alguien se lo encontraba y ofrecía un precio, era vendido sin dudar. En esos años desaparecieron muchos templos. En la capital, sin ir más lejos, también desaparecieron la mayor parte en las calles Real, Caballeros, así como un buen número de palacios y palacetes desperdigados por toda la ciudad que han convertido a Soria en lo que es ahora y que en palabras de Chueca Goitia se resume diciendo que Soria tiene el dudoso honor de ser la ciudad donde ha habido mayor grado de destrucción urbana de todas las ciudades españolas.
Fuente Diario de la historia soriana. Amigos del museo numantino.

viernes, 23 de mayo de 2014

Parapescuezos (2)

Estamos frente al pequeño pueblo de La Aldehuela de Calatañazor, perteneciente al ayuntamiento de Calatañazor y habitado solo por diceciseis almas en el censo de 2012 (asi que es posible que al día de la fecha tenga todavía menos)
Pues bien, al otro lado de la carretera, arranca un camino de herradura no apto para coches, que tras 1.800 metros nos conduce, llevando siempre a nuestra derecha el cauce del rio Milanos, hasta las tristes ruinas de la que fuera interesante iglesia de San Miguel de Parapescuez o Parapescuezos, de finales del siglo.XII.. Lo poco que queda de ella tras su rocambolesca y deprimente historia de abandono, nos lo encontramos a la derecha del camino en una leve elevación, en un entorno de monte bajo.   
Fue parroquia de un pueblo desaparecido, del que quedan restos y del que los vecinos afirman que se llamaba como la Iglesia. En "El Santero de San Saturio" Gaya menciona un santero que la cuidaba. 

Se sabe que era de una sola nave y ábside cuadrangular, separados por un arco triunfal compuesto de cuatro arquivoltas, dos lisas y dos decoradas con bocel y con bifolias, que apoyaban sobre jambas. Este detalle del arco triunfal a modo de portada de acceso a la capilla mayor la emparentaba con los ritos orientales y visigoticos. La techumbre era de madera y el abside tenía dos rudos ventanales aspillerados y se cubría con bóveda de medio cañón. La portada, abierta en el lado sur, estaba formada por cinco arquivoltas de medio punto, tres de ellas lisas, otra con tallos ondulantes y la interior con cabezas femeninas y masculinas dispuestas en el sentido de la curva. Quedan restos de dos ventanitas que iluminaban el interior. La del frente del ábside tiene tres piedras que forman las dos jambas con columnitas incisas y una arquivolta semicircular con tímpano. La ventana del frente sur, es similar, solo que aquí el tímpano se sustituye por una pieza rectangular
El edificio se conservó relativamente bien hasta 1940, aunque ya convertido en majada pastoril. Los vecinos la vendieron por 50.000 pesetas a un señor "del norte" quien desmontó los elementos esculturados en 1963 (portada, arco de triunfo y ventanales)

No sabemos con seguridad donde se encuentran esos restos esculturados aunque como consuelo nos dicen que se cree que no salieron de España. Todo lo que puede verse actualmente en su lugar original, entre montones de escombros, es el arranque del muro norte hasta unos dos metros, y un fragmento del occidental. Tambien, como ya dijimos en una entrada anterior se conserva un crismón en alguna sala del museo arqueológico de la provincia de Soria, más conocido como  Museo Numantino 

miércoles, 3 de octubre de 2012

Foro sobre el medio rural en Rioseco

El próximo 20 de octubre se celebrará en Rioseco, un Foro Regional sobre la población en el medio rural.

Se realizarán actividades durante todo el día, como ponencias, mesas redondas, proyecciones, etc. Participarán expertos, políticos, alcaldes y habitantes de nuestros pueblos, con la pretension de sensibilizar sobre el problema de la despoblación, desde una perspectiva positiva.
A media mañana habrá café para todos los participantes y a mediodía comida.

Además durante toda la jornada se realizarán actividades infantiles para los niños asistentes. La inscripción a este interesante evento termina el 11 de octubre. El precio por persona es de 5 euros e incluye el café, comida y asistencia al foro.
Inscripciones pinchando AQUI
Más información, en ESTE enlace
Foto: Web del románico aragonés

jueves, 10 de mayo de 2012

Un rio de leyendas

Largo fragmento de la serie de RTVE "España, entre el cielo y la tierra", inspirada en la mítica "A vista de pájaro". Este capítulo habla del curso del rio Duero por la provincia de Soria y la ribera burgalesa, aunque a menudo hace malabarismos para llegar a sitios algo alejados de su recorrido, como la propia capital del Señorío, a la que dedican un tiempo digno con bellas palabras de acompañamiento. Es interesante contemplar las bellas imágenes aereas y recrearse en nuestros propios recuerdos y vivencias más que en el guión de Jesús Torbado, que no es malo, pero está confeccionado más para foráneos que para indígenas o iniciados.

martes, 3 de enero de 2012

Volvimos a Escobosa

Volvimos en otoño a Escobosa, había algunas nueces en unos nogales jóvenes cerca del rio, y restos de haber vivido gente en el tiempo bueno, colchones tirados en el suelo de alguna casa de la entrada, muebles, restos de comida, gente por el campo con todoterrenos. El agua de la fuente no se puede beber porque no hay quién la controle.






jueves, 20 de octubre de 2011

Nodalo

Esta aldea de la Tierra de Calatañazor se encuentra en en un valle rodeado de arboledas, a  1090 metros sobre el nivel del mar, al pie de la Sierra de Cabrejas, entre esta y la de Inodejo. Por allí discurre el rio Sequillo, y en el término hay montes de enebro y carrasca. Debido a sus pocos habitantes no dispone de autonomía municipal, y pintorescamente se encuentra a nada menos que 26,3 kilometros de la capital del municipio que es Golmayo.

A ambos lados del rio, se han encontrado ceramica y mosaicos romanos de la epoca imperial. Estamos cerca de la via que llegaba desde Uxama a Numancia.

En el paraje de El Castillejo, se aprecian restos de una torre de planta rectangular.
Foto del blog de Nódalo
La iglesia, dedicada al arcángel Miguel era románica pero debido al terreno quebradizo donde la pusieron, la cabecera se desmoronó a mediados del siglo pasado. Muchos de sus sillares se usaron en el cementerio y algunos de sus canes de cabezas humanas y animales, se colocaron en el muro sur que originalmente no los tenía. La portada es la original. Se dispone a ras del muro y consta de cuatro arquivoltas de medio punto, la primera, la tercera y la cuarta apoyan en pilastras escalonadas y la segunda en columnillas acodilladas que se elevan en un pequeño podio, sus capiteles son de grifos alados, muy rudos. Los cimacios e impostas son de sección cuadrangular con la parte inferior decorada con motivos vegetales. En el interior destaca una pila bautismal, con copa dispuesta sobre doble escalón circular, de forma hemiesférica, y decorada con bocel en la embocadura, seguido por cenefa con tallos ondulantes y en la parte inferior una serie de gallones cóncavos. También encontramos una pila aguabenditera del siglo XII, cuyo vaso tiene forma de capitel con decoración vegetal. El vierteaguas dispone de una ornamentación a base de de hojas pareadas muy salientes.  Tiene una espadaña de dos huecos a los pies.

En el término quedan huellas y recuerdo de dos antiguos despoblados. Uno de ellos junto a las ruinas de la ermita de San Lorenzo, llamado Casarejos. El otro de nombre Tarancueña conserva algunas ruinas y ese sonoro nombre del paraje donde se encontraba, que es el mismo que el de  otro pueblo de la Tierra de Caracena.

jueves, 9 de diciembre de 2010

La rana y la serpiente

(cuento tradicional africano)

Un bebé rana saltaba por el campo, feliz de haber dejado de ser renacuajo, cuando se encontró con un ser muy raro que se arrastraba por el suelo. Al principio se asustó mucho, porque en su corta vida terrestre, nunca había visto un gusano tan largo y tan gordo. Además, el ruido que hacía al meter y sacar la lengua de su boca era como para ponerle la piel de gallina a cualquier rana. Se trataba en verdad de un bicho raro, pero tenía, eso sí, los colores más hermosos que el bebé rana había visto jamás. Este vistoso colorido alegró inmensamente al bebé rana y le hizo abandonar de un momento a otro sus temores. Fue así como se acercó y le habló.
–¡Hola! –dijo el bebé rana, con el tono de voz más natural y selvático que encontró–. ¿Quién eres tú? ¿Qué haces arrastrándote por el piso?
–Soy un bebé serpiente –contestó el ser, con una voz llena de silbidos, como si el aire se le escapara sin control por entre los dientes–. Las serpientes caminamos así. –¿Quieres que te enseñe?
–¡Sí, sí! –exclamó el bebé rana, impulsándose hacia arriba con sus dos larguísimas patas traseras, en señal de alegría.
El bebé serpiente le dio entonces unas cuantas clases del secreto arte de arrastrarse por el piso, en el que ninguna rana se había aventurado hasta entonces. Después de un par de horas de intentos fallidos, en los que el bebé rana tragó montones de tierra y terminó con la cabeza clavada en el suelo y sus largas patas agitándose en el aire, pudo por fin avanzar algunos metros, aunque de forma bastante cómica.
–Ahora yo quiero enseñarte a saltar. ¿Te gustaría? –le preguntó el bebé rana a su nuevo amigo.
–¡Encantado! –respondió el bebé serpiente, haciendo remolinos en el suelo, de la emoción.
Y el bebé rana le enseñó entonces al bebé serpiente el difícil arte de caminar saltando, en el que ninguna serpiente se había aventurado hasta entonces. Para el bebé serpiente fue tan difícil aprender a saltar como para el bebé rana aprender a arrastrarse por el piso. Fueron precisas más de dos horas para que el bebé serpiente pudiera despegar del suelo por completo su larguísimo cuerpo. Al fin lo logró, pero se veía tan gracioso cuando se elevaba, y chapoteaba tan fuertemente entre el barro después de cada salto, que los dos amigos no podían menos que reírse a carcajadas.
Así pasaron toda la mañana, divirtiéndose como enanos y burlándose amistosamente el uno del otro. Y hubieran seguido todo el día si sus respectivos estómagos no hubieran empezado a crujir, recordándoles que era hora de comer.
–¡Nos vemos mañana a la misma hora! –dijeron al despedirse.
–¡Hola mamá, mira lo que aprendí a hacer! –gritó el bebé rana al entrar a su casa. Y de inmediato se puso a arrastrarse por el piso, orgulloso de lo que había aprendido.
–¿Quién te enseñó a hacer eso? –gritó la mamá rana furiosa, tan furiosa que el bebé rana quedó paralizado del susto.
–Un bebé serpiente de colores que conocí esta mañana –contestó atemorizado el bebé rana.
–¿No sabes que la familia serpiente y la familia rana somos enemigas? –siguió tronando mamá rana–.Te prohíbo terminantemente que te vuelvas a ver con ese bebé serpiente.
–¿Por qué?
–Porque las serpientes no nos gustan, y punto. Son venenosas y malvadas. Además, nos tienen odio.
–Pero si el bebé serpiente no me odia. Él es mi amigo –replicó el bebé rana, con lágrimas en los ojos.
–No sabes lo que dices. Y deja ya de quejarte, ¿está bien?
El bebé rana no probó ni una sola de las deliciosas moscas que su mamá le tenía para el almuerzo. Se le había quitado el hambre y no entendía por qué. (Lo que pasaba era que estaba triste y no lo sabía).
Cuando el bebé serpiente llegó a su casa, le ocurrió algo similar.
–¿Quién te enseñó a saltar de esa manera tan ridícula? –le preguntó su mamá, hérguida en la cola de la rabia.
–Un bebé rana graciosísimo que conocí esta mañana.
–¡Las ranas y las serpientes no pueden andar juntas! ¡Qué vergüenza! ¡La próxima vez que te encuentres con ese bebé rana, mátalo y cómetelo!
–¿Por qué? –preguntó el bebé serpiente, aterrado.
–Porque las serpientes siempre han matado y se han comido a las ranas. Así ha sido y tiene que seguir siendo siempre.
Ni falta hace decir cómo se sintió el bebé serpiente de sólo imaginarse matando a su amigo y luego comiéndoselo como si nada. Al día siguiente, a la hora de la cita, el bebé rana y el bebé serpiente no se saludaron. Se mantuvieron alejados el uno del otro, mirándose con desconfianza y recelo, aunque con una profunda tristeza en el corazón. Y así ha seguido siendo desde entonces.

Albert Einstein decía: ¡Triste época la nuestra!... Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.
Para evadirse de este mes arisco y de toda la vulgaridad que acarrea, nada mejor que refugiarse en este blog de fotografía, donde hay algunas imágenes sobrecogedoras de puro bellas, llenas de sensibilidad y de buen gusto:
ARTE PHOTOGRAPHICA

martes, 3 de agosto de 2010

Parapescuez (1)

No será la última vez que nos refiramos en este blog a la triste afrenta artística de San Miguel de Parapescuez, iglesia románica que demolieron y se llevaron piedra a piedra en 1963 a un lugar indeterminado del norte de España. Se agradece cualquier pista al respecto de su paradero actual.
Parece que el unico resto arquitectonico que se quedó, aparte de los arranques de los muros que no se llevaron, es un crismón que se conserva en el museo Numantino de Soria, del que se hace exhaustiva descripción en la página de Claustro dedicada a estos elementos. De ahi mismo hemos sacado la foto que ilustra este comentario.